
Colombia afronta este fin de semana una nueva jornada electoral en la que se definirá quién será el presidente por los próximos cuatro años. Jornada que ha venido precedida de un debate álgido, intenso y particularmente agresivo en el que han cundido los ataques personales, las injurias, las noticias falsas e incluso amenazas de muerte. Como si fuera poco, la institucionalidad se ha fracturado, algunos representantes y órganos del gobierno se han envilecido en su afán de interferir en la contienda y la confianza de la gente en las instituciones es escasa o nula.
Leer más







