Comunicación crítica para tiempos críticos

Categoría: Literatura (página 2 de 2)

Un acercamiento a ‘Del amor como viaje’

Por Yenny León

Hace dos días adopté a una perra: Valkiria, la primera canina de mi vida. De acuerdo con los dueños del refugio, fue rescatada de ahogarse en el río Medellín junto con varios de sus hermanos. Pasó que su madre murió y la camada de seis cachorros fue acogida por otra perra que, a su vez, cuidaba de sus siete perritos. Evidentemente, la matrona perruna hizo lo mejor que pudo, pero la inquietud y temblores infantiles de los pequeños atrajo fuertemente al peligro. Menos mal varias personas observaron lo sucedido y actuaron con rapidez para evitar una tragedia. Fue así que Valkiria llegó al refugio selenita Dejando huella. Pasados quince días, y con apenas ocho semanas, una familia se quedó con ella. Al cabo de seis meses, la devolvieron y su semblante nervioso y tímido reveló que estuvo bajo un régimen de maltrato.

Hoy quiero que enfrentemos juntas el desafío de la vida evitando, a toda costa, el maltrato intencional, pues sé que crear heridas es algo inherente al humano.

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Sin moral, sin explicación, sin culpa

Por Paula Andrea Marín Colorado

Publicada originalmente en francés, en 1991, por Gallimard y traducida por primera vez al español en 1993, Tusquets reedita ahora esta novela de la francesa Annie Ernaux, tras su obtención del Premio Formentor de las Letras 2019. Ernaux tiene una larga trayectoria como escritora, que comienza en la década de 1970, pero solo hasta el año pasado tuve noticias de su existencia. Como los mejores libros que han llegado a mí, este llegó por recomendación de un amigo que me la presentó diciendo que me “iba a gustar mucho”; no se equivocó.

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La felicidad como ideología y dispositivo de dominación (neo)(neuro)liberal

 

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Por Olver B. Quijano Valencia
Profesor Universidad del Cauca, Colombia
oquijano@unicauca.edu.co

Hace ya dos décadas escribí una reseña crítica a un libro de autoayuda convertido no solo en best seller sino también en un panfleto trivial de gran posicionamiento en el mundo empresarial, educativo y político, el cual. Según raros testimonios de numerosos hombres y mujeres de negocios y de teólogos de la gerencia, dicho panfleto había servido para salvar carreras, matrimonios, empresas, empleos e incluso vidas, lo que dejaba entrever su intencionalidad como discurso tranquilizador y despolitizador, propio del paisaje de relajación, distracción y disipación de mentalidades neoconservadoras soportadas en terapias místicas, esoterismos y literaturas de autoayuda, desde las cuales se trivializa la lucidez y se legitima la tontería y el relax en tiempos del imperio neo y neuroliberal.

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Campos sexuales

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Por Paula Andrea Marín Colorado *

Publicado en inglés en 2011 y traducido al español en 2012, llega a mí este libro reimpreso en Colombia a inicios de este año. Su autora: Eva Illouz (Marruecos, 1961), formada en Literatura y Sociología en Francia y luego en Estados Unidos y Jerusalén, donde actualmente trabaja como profesora. De ella conocía Erotismo de autoayuda (2014), un libro que me hizo leer de otra manera el fenómeno lector femenino alrededor de Cincuenta sombras de Grey, y en donde muestra las más profundas contradicciones en las luchas feministas del momento actual.

Illouz abre su libro con una advertencia: se dirige a las mujeres heterosexuales que aspiran a tener pareja e hijos; sin embargo, el libro termina siendo extensivo a todos: heterosexuales y homosexuales que aspiran o no a tener hijos, pero que sí desean tener una pareja “estable” (o que quieren saber por qué no la desean). Leer más

De la vocación y la voluntad

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Por Paula Andrea Marín Colorado*

“Yo no me canso. Lo mío es una cosa íntima con ese señor con el cual me casé a los cinco años, de cola larga y dientes negros y blancos que me sonríe todos los días”.
(Opus Gelber).

Cuando era adolescente quise tocar el piano. El estímulo me duró poco, porque me costaba mucho aprender, manejar las dos manos al mismo tiempo y me faltaba paciencia –y vocación, digo ahora–; pero también –creo– influyó algo: yo esperaba un piano de cola y en la escuela que mis papás pudieron encontrar para mí todos teníamos organetas Yamaha. Fue poco lo que aprendí y me desanimé rápido, pero me quedó el gusto por el piano: las sonatas, los conciertos, los más románticos, los más melosos, los más decimonónicos. Cuando puse mis dedos por primera vez sobre el teclado de un computador (después de ejercitarme en el uso de la máquina de escribir –y de no haber tenido nunca máquina eléctrica– y de aprenderme de memoria el lugar de cada letra) sentí que, por fin, podría tocar ese piano que siempre sonaba intenso pero fluido en mi imaginación. Cada vez que escribo algo en el computador, siento que estoy creando armonías con un piano de letras; a veces me salen sonatas y otras conciertos –eso creo yo–, pero otras veces puro ruido y otras silencio.

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En primera persona

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Margarita García Robayo. Foto: Romina Santarelli

Paula Andrea Marín Colorado*

Dice la karateka Leila Guerriero que en sus textos solo usa la primera persona cuando la experiencia que quiere narrar es intransferible. Cuando leo Primera persona, el más reciente libro de cuentos de la escritora colombiana (radicada desde 2005 en Argentina) Margarita García Robayo, no me quedan dudas: lo que hay allí es una experiencia intransferible, solo narrable a través de esa primera persona. Una de las formas de publicitar el libro ha sido decir que los cuentos reunidos (publicados por primera vez en diversas revistas del continente) hacen parte de la autobiografía de la autora; entonces, recuerdo conversaciones con amigas y colegas acerca de que gran parte de la literatura escrita por mujeres ha sido relacionada con ese mismo aspecto autobiográfico y que, por esto, ha sido subvalorada.

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Las estrellas son negras: Una reflexión política de la novela de Arnoldo Palacios

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Por Wilmer Rodríguez

Y como cada hombre nacía bajo el signo de una estrella, Irra iba a ser el depositario del destino de los hombres. Iba a darse cuenta de por qué unos nacían bajo el signo de una estrella buena. Y conocería por qué otros hombres nacían bajo el imperio de una mala estrella.
Durante la noche brillaban millares de estrellas en el firmamento. Unas titilaban como la verde candelilla entre el verde follaje del bosque.
Otras inundaban el cielo azul y la parda noche con el purísimo brillo del diamante.
Miles casi no se advertían, sino que navegaban en el universo, como navega una gota de lágrima sobre la mejilla de una niña.
¡Oh, influjo implacable de los astros sobre el alma de los mortales!
¡Oh, Dios! ¿En cuál estrella pusiste mi llave?
Algunos nacemos para morir sin tregua… Otros nacen para la alegría.
Son estrellas diferentes.
Las de ellos titilan eternamente y tienen el precio del diamante.
Y la mía, Señor, es una estrella negra… ¡Negra como mi cara, Señor!

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«El año del sol negro» o las raíces de la ira

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Ilustración: Diego Bastidas (Issmo)

Por Paula Andrea Marín Colorado*

De Eugenio Díaz a Tomás Carrasquilla, de Carrasquilla a García Márquez y de García Márquez a Daniel Ferreira, es en esta línea de la tradición de la novela colombiana en la que se enmarca El año del sol negro; allí se resumen 160 años de una vertiente de la novela en Colombia que ha tratado de narrar, bajo una óptica particular, las historias que no suelen aparecer en las narrativas más dominantes en una época determinada. Díaz lo hizo con la gente de «tierra caliente» narrando aquellas historias de explotación y discriminación que vivían los campesinos y, sobre todo, las campesinas que trabajaban (y trabajan) en las haciendas; Carrasquilla lo hizo poniendo frente a los ojos de los lectores las historias propias que no querían escuchar; García Márquez irrumpió en la literatura colombiana introduciendo temas, personajes y tonos narrativos inéditos hasta ese momento. Todos estos escritores trataron de presentar una novela «total», una novela que diera un panorama lo más completo posible del pedazo de país que les había tocado vivir, del país que conocían. Esto mismo encuentran los lectores de El año del sol negro: Un relato que aspira a dar una visión lo más completa y compleja posible sobre un momento en la vida de este país (el despertar ensangrentado, mísero y enfermo de nuestro siglo XX) en una región específica: Santander. Leer más

Literatura, sexualidad y política

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Photo by Steve Johnson on Unsplash

A propósito de El beso de la mujer araña de Manuel Puig

Por Wilmer Rodríguez

Manuel Puig escribió en 1976 la que quizá sea su obra más conocida y emblemática: El beso de la mujer araña. Puig, declarado abiertamente homosexual, se atreve a escribir una novela sobre la represión, la marginación, la violencia de Estado y, por supuesto, la homosexualidad en el contexto de la dictadura argentina. Como era de esperar, la obra fue prohibida y censurada en el país y el autor perseguido y confinado al exilio. La novela conjuga la pasión por el cine, el amor por los boleros, la experiencia de vida en la cárcel y las reflexiones sobre la homosexualidad. El resultado es una historia cruel, despiadada pero a la vez romántica e impactante. Una experiencia que nos lleva a conocer de cerca los sentidos y significados de la represión política y sexual de una sociedad que ha alcanzado los límites de la violencia. Puig se atreve a contar una historia que incomoda, que viola las convenciones sociales, los patrones culturales dominantes y la moral católica. Da voz a lo que la sociedad no quiere oír ni ver, y muestra otra de las caras ocultas de la violencia de Estado: la violencia de género. Leer más