Feministas chilenas protestan contra la dictadura de Pinochet. Foto de Kena Lorenzini.
8M: PARAMOS LAS OCUPADAS Y DESOCUPADAS
Por Amalia López
Hemos decidido conquistar nuestra libertad: parando, revoloteando, gritando en las calles, decididxs a mover nuevamente la tierra sobre su eje; desde las raíces más profundas de nuestros territorios hasta los edificios de las corporaciones, marchamos para romper las estructuras que nos atan, repudiamos todas las formas de violencia machista y defendemos nuestro derecho a vivir libres de esas violencias.
Este es el tercer paro internacional de mujeres, lesbianas, travestis, trans; y aunque hemos dado pasos de gigante y cada vez conectamos con más mujeres de nuestro país, nos faltan aún muchas y no podemos dejar de pensar en cómo llamarlas e invitarlas a este proceso de emancipación, a esta lucha que propone recuperar la memoria escrita en nuestras identidades, en nuestras existencias, con las luchas y los dolores que nos precedieron.
Cabe destacar y recordar que nuestra memoria y la forma cómo queremos reescribirla hace necesario un llamado a los medios de comunicación, al arte, la música, la ciencia, la literatura… Paramos por la subrepresentacion de nosotrxs en todas esas manifestaciones; de ésta manera, nos hacemos cargo de nuestra identidad y exigimos a un estado y una sociedad heteropatriarcales que deslegitimen su autoridad al tiempo que les recordamos que no vamos a sostener relaciones de poder que sigan provocando dolor y desigualdad. Para alcanzar una ciudadanía sin imposiciones normativas y el respeto a la diversidad, apostamos por una educación no sexista ni heterocentrista/heteronormativa como forma de erradicar la violencia machista, homófona y xenófoba.
En este contexto, asumimos que históricamente nos fueron asignadas las emociones, las cualidades para ser seres arrastradxs por nuestras pasiones y con una inclinación innata hacia el cuidado de lxs otrxs; la teoría feminista es -sin obviar sus grandes diferencias- una gran reflexión sobre la finitud, una manera de volver a aterrizar el pensamiento y salvarlo de los delirios de grandeza de la masculinidad.
Al día de hoy estamos frente a historias de mujeres que nunca volvieron a sus casas, feminicidios, travesticidios, transfeminicidios, violaciones, precarización del trabajo, trata de personas, violencia intrafamiliar, violencia laboral, acoso sexual, acoso callejero, ilegalidad en el aborto, discriminación por ser mujer, por ser negra, por ser trans, por ser disidente… No terminaríamos de nombrar los motivos para parar, para decir ¡BASTA!
Este 8M luchamos para combatir el sistema de divisiones del patriarcado, es decir, el modo por el cual están clasificadas las cosas desde un régimen masculino; solo así podemos lograr hegemonía feminista.
Una vez más salimos a las calles sin miedo, libres, sororas, todas a prender antorchas, a gritar y cantar con la convicción de que el futuro es feminista, y que América Latina será toda feminista; luchamos por una maternidad deseada y también por el derecho a una educación sexual integral.
Desde el sur de Colombia decimos juntxs que al silencio y al miedo no volvemos más y que el feminismo será popular y será capaz de seguir ampliando el número de lxs que somos.
“¡Ahora que estamos juntas, ahora que sí nos ven!
¡Abajo el patriarcado que se va a caer, se va a caer!
¡Arriba el feminismo que va a vencer, que va a vencer!”
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