
Por Edwin Manuel García Maldonado
Algunos consideran que la actual Constitución de Colombia (1991) aún no ha alcanzado el desarrollo necesario; es joven, por lo cual no se requiere cambiarla. Comparan su tiempo de vigencia con la Ley Suprema de EE. UU. (1789) para hacer notar la longevidad de esta y reforzar la argumentación en cuanto a que no es necesario un cambio de constitución en nuestro país.
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