Por Wladimir Uscátegui
Fotos: Frank Chávez
El 21N marca sin duda un punto de inflexión en la historia reciente del país. Aunque el cálculo oficial es de de 207.000 personas que salieron a marchar aquel día, estimaciones más cercanas a la realidad hablan de al menos cinco veces esa misma cifra: un millón de hombres y mujeres de todas las condiciones salieron a las calles a manifestar su descontento con el (des)gobierno del presidente Iván Duque.
Sin embargo, hay dos aspectos que permanecen un tanto indefinidos y amenazan con restarle impacto a la manifestación: uno, que pese a que existe un Comité del Paro, que fue el que convocó a la gran movilización nacional del 21 de noviembre, la ciudadanía se movilizó más por una decisión autónoma y espontánea que por directriz del Comité. De hecho, las manifestaciones posteriores al 21N (cacerolazo, velatón, marcha de antorchas) fueron desautorizadas por este, lo cual no fue óbice para que la gente las llevara a cabo de manera masiva.
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