Por Romel Armando Hernández Silva
Generalmente, el consejo que se da a quienes han caído en arenas movedizas es evitar cualquier acción para no hundirse más; asegura la noción popular al respecto que quien más se esfuerza braseando y agitando las piernas acelera su muerte. Aunque dichas orientaciones no parece tener fundamento alguno en la realidad, esconden una sugerencia perversa sobre la cual poco se pone atención: se trata de aceptar la muerte sin acelerarla esperando que algún suceso extraordinario salve la vida del infortunado. Leer más