Por David Paredes

Hemos dedicado grandes esfuerzos o, al menos, mucho tiempo a fantasear escenarios apocalípticos; entre estos, la rebelión de las máquinas. Más allá de si se ajusta a la lógica, si es probable o si está cerca o lejos en el tiempo, considero particularmente reveladora la representación de esta rebelión como amenaza para nuestra especie.

El temor a la rebelión es, primero, temor a la autonomía de lo automático. El progreso tecnológico ha permitido que las máquinas funcionen cada vez con menos intervención humana, pero entonces surge el temor a que, por llevar esa premisa al extremo, las máquinas dejen de necesitar a la humanidad como determinante de su acción. Se trata, pues, del miedo a lo automático no controlable (diferente a lo automático disciplinado).

Leer más