Por Edwin García

La serie de Netflix inspirada en Cien años de soledad es una provocación: una muy buena provocación, añadiría yo, a la lectura del libro. Si quisiera ser más benévolo, incluso justo, debo decir que la serie televisiva es una invitación a la lectura de la novela y al mundo macondiano, una invitación respetuosa y digna.

Me generó mucha expectativa y esperé con ansias la serie, con la preocupación de que fuese a atentar contra la novela, contra su magnificencia y dimensión. Después de ver unos cuantos capítulos, debo expresar que la serie aborda el reto de representar esta obra de manera tranquila, sin aparatajes insolentes, incluso podría decir que la representación es de una sobriedad necesaria.

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