Por Paula Mogollón-García*

Es un nuevo año calendario y el ocho de marzo (8M) es una de las primeras fechas que llaman a la movilización social. Las iniciativas feministas ocupan las calles cada año en conmemoración de las históricas luchas de las mujeres por el acceso a derechos, particularmente, los relacionados con los laborales. No obstante, esa historicidad no radica en tiempos de un pasado lejano; por el contrario, se encuentran en permanente actualización e incorporación de contextos territoriales.

Entre los principales relatos que se traen a la memoria para el 8M, está el hecho presentado en 1909, cuando se calcinó a 129 mujeres dentro de la fábrica “Cotton Textile Factory” en New York, la cual fue incendiada a manos de sus dueños. Esto, debido a que las mujeres reclamaron por incrementos salariales, reducción de las jornadas de trabajo y la finalización del trabajo infantil. Un hecho que eriza la piel e indigna los corazones.

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