Por H. Camilo Muñoz Chaves
(Citoyen Investigación y Creación)

“Escribir también es no hablar, es callarse, es aullar sin ruido”, ha dicho nuestra muy admirada Marguerite Duras. Hoy por hoy, sin embargo, también es la consigna que detesta el mercado editorial de nuestros días. La detesta porque lo que interesa es la producción de contenidos a toda costa, y producir contenidos tiene que ver, en este caso, con hacer de la literatura más bien un tema del que hablar sin revisitar sus problemas, sin darle la importancia que merece, aunque es fútil decirlo, utilizando el argot futbolero, fichando a un autor o autora por su nombre más que por lo que propone: una vacilación a la imposición de lo real (tomo prestada esta idea de Badiou), para asegurarse las reglas de juego que no son más que las de venta de un producto cultural como el libro.

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