Por David Paredes

Trabajan en bloque para descontextualizar y deshistorizar las palabras. Ellos, los que se refieren a sus contendientes políticos como “populistas” y a sí mismos como “perseguidos políticos” cuando avanza una investigación en su contra; los que en su momento quisieron imponer la categoría “homicidios colectivos” en lugar de “masacres” y justificaron estas últimas diciendo que eran inherentes a la “autoridad con criterio social”. Ellos, los que desde hace un tiempo empezaron a hablar de “corrupción”, “justicia” y “paz”. Ellos dicen haber “desmontado el paramilitarismo” hace más de quince años (en un proceso tan espurio que, por las investigaciones y las consiguientes acciones judiciales, el Alto Comisionado de Paz de la época aún sigue en condición de prófugo, buscado por la Interpol).

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