Por Gustavo Montenegro

“Estoy seguro que a cualquiera le gusta un buen crimen, siempre que no sea la víctima.”
Alfred Hitchcock

Como toda obra audiovisual, el documental El estafador de Tinder, producción marca Netflix que rápidamente se ha convertido en una de las realizaciones más vistas de este mes con más de 65 millones de horas de reproducción, no escapa a las múltiples y diversas lecturas que desde perspectivas, horizontes e intereses puedan hacer los espectadores. El tema ha generado memes de gran factura, discusiones sobre los embaucadores románticos, análisis psicológicos sobre el comportamiento de las víctimas y su relación con este tipo de timadores; hasta se puso en circulación un artículo de un medio nacional sobre la aparición del “Estafador de Tinder colombiano”. Nuestro interés en esta nota es resaltar un aspecto que nos parece fundamental en la construcción del relato: la labor del equipo periodístico que ayuda a develar la identidad de Simon Leviev y su método de estafa.

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