Por Wladimir Uscátegui
1. El gran dictador
En octubre de 1940 se estrenaba en Nueva York la película El gran dictador, en la que su autor, el actor y director británico Charles Chaplin, hacía una parodia poco sutil del régimen nazi. El famoso bigote de Chaplin se solapaba con el no menos famoso (y no menos ridículo) bigote de Hitler en un juego de simulacros que, al parecer, no desagradó demasiado al dictador alemán. Se dice, incluso, que el Führer organizó al menos dos proyecciones privadas de la película, una obra realizada por un absoluto contemporáneo suyo (habían nacido el mismo año con apenas cuatro días de diferencia).
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