Por Brigythed Lucero Medina Diaz

Pensar la crisis actual en términos mediáticos nos obliga a replantear las nuevas prácticas y formas de manifestarse; la respuesta a teorías fascistas de una generación que no está dispuesta a callar es la defensa de la vida frente a una narrativa belicista que se esfuerza por vandalizar y criminalizar la protesta social, una muestra del discurso de violencia que ha atravesado al país durante muchos años. A este Gobierno y su relato de odio se le olvida que vivir en democracia es garantizar y defender la protesta social.

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