Por David Paredes
Cuando un portavoz del gobierno nacional habla en nombre de “los colombianos” ¿incluye en esa categoría a sus detractores, a excombatientes, a presos políticos, a miembros de grupos guerrilleros y, en general, a disidentes de toda laya? No lo hace. El Ministro de Defensa o la Vicepresidenta dicen “los colombianos”, pero hablan en nombre de sus copartidarios y sus electores, que por ser muchos no llegan a ser equivalentes a la categoría “nación”. Tampoco llegan a serlo las miles de personas que siguen un partido de la selección colombiana de fútbol, pero el narrador del partido dice “toda Colombia unida para alentar a este onceno de gladiadores”. En estas exageraciones hay una confusión ontológica no sólo entre un sector y la totalidad de la población sino entre la realidad y la ficción.
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